martes, 30 de octubre de 2018

Impacto del Juez Scalia en los derechos del acusado



El impacto del Juez Scalia en los derechos del acusado y el procedimiento criminal


La metodología utilizada por el fallecido Juez Scalia para analizar controversias constitucionales, lo cual descansaba grandemente en el originalismo, ocasionaron que diera votos que se pueden ver como votos a favor de la protección de derechos del acusado, poniéndolo a veces en polos opuestos con otras filosofías tradicionales de jueces conservadores.[1] Este escrito estará concentrado en tres ares en particular: 1) la Cuarta Enmienda de la Carta de Derechos de los Estados Unidos y el derecho a estar libre de un allanamiento o un arresto sin una orden de un juez donde exista causa probable; 2) la clausula de confrontación y el derecho de acusados criminales en el juicio; 3) la regla de “lenity” derivada de la clausula del debido proceso de ley.[2]

La batalla del Juez Scalia por los derechos individuales de los acusados pudo verse claramente en el caso del GPS, United States v. Jones[3], en donde el gobierno adjuntó un sistema de información geográfica, mejor conocido como GPS, en el vehículo de un sospechoso y lo monitorearon por semanas. En vez de descansar en la opinión de Katz v. United States[4], que normalmente pregunta si un dispositivo de vigilancia interfiere razonablemente con la expectativa de intimidad de un acusado, el Juez Scalia analizó si la intrusión física del dispositivo hubiera constituido una violación al common law para los tiempos de la fundación de la república.[5] Mirando el texto de la Cuarta Enmienda, que protege, entre otras cosas, los efectos personales de una persona, y mirando a casos viejos de common law inglés, el Juez Scalia observó que la intrusión física del gobierno hubiera sido considerado una “search” en violación a la Cuarta Enmienda para el tiempo en que fue redactada.[6] Esta decisión, que favoreció a un acusado en un caso de conspiración de drogas, aumentó lo que significaba un “search” bajo la Cuarta Enmienda[7] y pareciera favorecer a acusados criminales en un futuro.[8] Un año después de Jones, el Juez Scalia aplico el examen de violación física en Florida v. Jardines[9] para invalidar el uso sin una orden judicial del olfato de un perro en la terraza de una casa ubicada en la entrada de ésta. Mirando a las reglas del common law, el Juez Scalia estableció lo siguiente: "an officer's leave to gather information is sharply circumscribed when he steps off [the public] thoroughfares and enters the Fourth Amendment's protected areas," which, pursuant to the text of the Amendment, includes an individual's "house."[10]

El juez Scalia también falló a favor de los acusados penales en varias líneas importantes de casos de la Sexta Enmienda. Primero, la lectura que hizo el juez Scalia del texto y la historia de la Sexta Enmienda también lo llevó a descartar el examen prevaleciente de interpretación de la Corte en lo que respecta a los requisitos de la Cláusula de Confrontación[11], que se centraba en la confiabilidad inherente de la declaración extrajudicial de un testigo para determinar su admisibilidad en el juicio. En Crawfordv. Washington[12], el juez Scalia fue el autor de la opinión mayoritaria que, en cambio, se basó en el derecho de realizar un contrainterrogatorio en el juicio para evaluar la fiabilidad de una declaración, un argumento más favorable para los acusados. El juez Scalia, generalmente defensor de los derechos de los juicios por jurado[13] creía lo siguiente acerca de la Cláusula de confrontación: “"commands, not that evidence be reliable, but that reliability be assessed in a particular manner:  by testing in the crucible of cross-examination."[14] En años más recientes, el juez Scalia defendió vigorosamente el alcance de las protecciones de la Cláusula de Confrontación contra lo que percibió como un esfuerzo por limitar la Cláusula por otros Jueces. Por ejemplo, en una decision del 2015, el Juez Scalia estableció lo siguente: the Court's shoveling of fresh dirt upon the Sixth Amendment right of confrontation so recently rescued from the grave in Crawford…”[15] Con el juez Scalia fuera de la Corte, la continuación de Crawford y los casos posteriores que aplican su interpretación parece cuestionable. En segundo lugar, la preocupación del juez Scalia por los derechos a juicio por  jurado de los acusados, lo que él llamó "una reserva fundamental de poder en nuestra estructura constitucional", lo llevó a convertirse en el quinto voto en el fallo histórico de la corte en Apprendi v. New Jersey[16] y autor de la opinion 5-4 en Blakely v. Washington,[17] que generalmente sostiene que los hechos que aumentan la pena máxima a la que está sujeto el acusado deben determinarse más allá de una duda razonable por parte de un jurado y no de un juez. Estas sentencias crearon el camino para Booker v. Estados Unidos[18], lo que hizo que las guías federales de sentencia fueran discrecionales, en lugar de obligatorias, creando un profundo cambio en la forma en que operan los procesos penales en el día a día.[19]

Se puede considerar que Scalia se puso del lado de los acusados cuando se determinó que la ley penal en cuestión se había redactado de manera demasiado vaga para proporcionar un aviso suficiente de la conducta que la ley prohíbe. El ejemplo más reciente de este enfoque fue su opinión mayoritaria en Johnson v. Estados Unidos[20], en el cual el Tribunal invalidó la llamada "cláusula residual" de la “Armed Career Criminal Act. (ACCA),[21] que imponía una pena mínima mandatorio de 15 años a cualquier persona que posellera un arma de fuego teniendo tres convicciones previas por delitos graves violentos (“violent felonies”).[22] En este caso el Juez Scalia determinó que el Congreso está requerido de escribir las leyes de una manera particular que pueda permitir una notificación adecuada de la conducta prohibía. Uso esta doctrina para invalidar la clausula residual del estatuto estableciendo que la provisión que condenaba de 15 años a vida en prisión no cumplía con la garantía del debido proceso de ley.[23]





[1] Vease Ermin Chemerinsky, Progresive and Conservative Constitutionalism as the United States Enters the 21st century,67. L & Contemp. Prob. 53, 58 (2004) (Por décadas los conservadores han estado del lado del gobierno en restringir los derechos de un acusado); Arnold H. Loewy, A Tale of Two Justices (Scalia and Breyer), 43 TEx. TECH L. REV. 1203, 1204 (2011) (El juez Scalia en cierta manera una de las perlas de los conservadores en el tribunal supremo federal, en cuestiones criminales ha estado fuera del espectro conservador. Por ejemplo, en casos relacionados a la cuarta enmienda, como en Arizona v. Hicks, 480 U.S. 321 (1987); Kyllo v. United States, 533 U.S. 21 (2001); Arizona. v. Gant 556 U.S. 332 (2008), Scalia lideró una corte bien dividida, hacienda que ésta adoptare una visión más amplia de la enmienda.
[2] U.S. v. Santos, 553 U.S. 507 (2008). (Un caso de lavado de dinero en donde la corte mediante la opinión del Juez Scalia estableció: “Rule of lenity requires ambiguous criminal laws to be interpreted in favor of defendants subjected to them.”).
[3] 565 U.S. 400, 132 S. Ct. 945 (2012).
[4] 389 U.S. 347, 360 (1967) (Harlan, J., concurring)
[5] Jones, 132 S. Ct. at 949.
[6]  Id.
[7] Orin S. Kerr, The Curious History of Fourth Amendment Searches, 2012 Sup. CT. REv. 67, 90 (2012)
[8]  La filosofía judicial del juez Scalia, sin embargo, no siempre favoreció a presuntos delincuentes. Por ejemplo, su opinión en Marylandv. Shatzer, 559 US 98, 110 (2010), se puso del lado del gobierno, confiando en una regla finita para limitar a 14 días el período de tiempo en que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley deben abstenerse de interrogar a un sospechoso criminal después de haber invocado el derecho a un abogado. Véase opinión concurrente de la Jueza Sotomayor en Jones. La opinión concurrente de la Jueza Sotomayor sirvió de gran influencia para la recién opinión emitida por el Juez Presidente John Roberts Carpenter v. United States, 585 U.S. ____ (2018). Dos años después de la opinion de Scalia en Jones, el Juez Presidente Roberts emitió una opinion Riley v. California,  573 US _ (2014) en donde se estableció que se necesitaba una orden judicial para poder registrar incidentalmente después del arresto un teléono celular.
[9] 133 S. Ct. 1409 (2013).
[10] Id. at 1415.
[11] Ohio v. Roberts, 448 U.S. 56, 66 (1980).
[12] Crawford v. Washington, 541 U.S. 36, 42-43 (2004) ("The Constitution's text does not alone resolve this case.... We must therefore turn to the historical background of the Clause to understand its meaning.").
[13] Rachel E. Barkow, Originalists, Politics, and Criminal Law on the Rehnquist Court, 74 GEO. WASH. L. REv.. 1043, 1046 (2006).
[14] Crawford, 541 U.S. at 61.
[15] Ohio v. Clark, 135 S. Ct. 2173, 2184 (2015) (Scalia, J., opinión disidente).
[16] 530 U.S. 46, 497 (200).
[17]  542 U.S. 296, 313-14 (2004).
[18] 543 U.S. 220, 243-244 (2205).
[19] Kevin R. Reitz, The New Sentencing Conundrum: Policy and Constitutional Law at Cross-Purposes,105 COLUM. L.  REv.1082, 1086 (2005).
[20] 135 S. Ct. 2551, 2555 (2015).
[21] 18 U.S.C. §924(e).
[22] Id. at §924(e)(2)(B)(ii).
[23] Johnson, 135 S. Ct. at 2560.